Blog / Revistas / 28 junio, 2018

En acción por los manglares de Panamá

Por: Mayllely Cabrera
Auditora Ambiental y Manejo de recursos naturales.
Miembro de la SGI de Panamá.

Panamá es un país tropical con 2 extensas costas: Pacífico y Caribe.  Cuenta con la ubicación y condiciones propicias, para que se desarrollen importantes ecosistemas de manglar.  El Ministerio de Ambiente, señala que 177,359.9 hectáreas del territorio nacional están ocupadas por los manglares.  El Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Panamá protege aproximadamente 70 mil hectáreas de manglar. La mayor superficie de manglar la encontramos en la costa del Pacífico (ANAM, 2012), principalmente en el Golfo de Chiriquí, la Bahía de Panamá y el Golfo de San Miguel en Darién. En la costa del Caribe la cubierta de manglares se encuentra, primordialmente en Bocas de Toro y algunos reductos en Colón y Guna Yala.

¿Qué es el Manglar?

Son clasificados como humedales y se catalogan como uno de los ecosistemas más diversos y ricos del planeta, por su riqueza de especies marinas, terrestres y aéreas. El Ministerio de Ambiente y la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ANAM-ARAP, 2013) lo definen como un ecosistema que agrupa árboles, arbustos, matorrales, algunos helechos y palmeras donde el principal integrante es el árbol de mangle.

Los manglares crecen en las zonas tropicales y subtropicales del planeta y se sitúan en áreas donde se combina el agua de mar con el agua dulce de ríos o quebradas, entre las mareas alta y baja.  El Atlas mundial de los manglares (Spalding et al., 2010), indica que en Panamá existen 11 de las 65 especies de mangle identificadas en el mundo y que tiene la mayor variedad de especies de mangle, entre todos los países del continente americano.

Beneficios del manglar

* Producen alimento, favorecen la cría de peces y mariscos, productos que son esenciales en nuestra dieta y para la seguridad alimentaria.

* Producción de recursos diversos de la vida cotidiana como: leña, carbón, tanino, madera, miel, usos medicinales, entre otros.

* Hábitat de flora y fauna, disponen de una importante biodiversidad. Especies significativas para las personas, desarrollan parte de sus ciclos vitales en los manglares.

* Regulador del clima y del flujo del agua. Los árboles de mangle capturan carbono de la atmósfera y la almacenan en sus raíces, troncos, ramas y hojas, servicio ambiental que propicia la mitigación del cambio climático.

* Protección de las costas, son una barrera natural de marejadas, vientos, tormentas tropicales, huracanes, entre otros.  ANAM-ARAP (2013) establecen que esta función es especialmente importante hoy en día, cuando el clima del planeta está cambiando y el nivel del mar está subiendo.

Las áreas cubiertas con manglar son menos propensas a la erosión costera.

Con las tendencias actuales de turismo de aventura, de naturaleza o ecoturismo, los manglares cuentan con una belleza exuberante, hermosos paisajes, alta biodiversidad, esto los hace atractivos para las visitas, actividades como caminatas, avistamiento de aves, senderismo, kayac, entre otras.

El Budismo enseña que nuestra vida comprende, además de nuestra familia, amigos, la sociedad, los lugares en que vivimos y hasta el universo. Por esta razón, como practicantes del budismo Nichiren, debemos cuidar y proteger nuestro entorno local y comunidades. Esho funi quiere decir que un ser vivo y su medio ambiente son en esencia una totalidad viviente. Existe una relación mutua entre el ambiente y el ser humano, y aquello que afecte a uno, indudablemente propiciará efectos positivos o negativos en el otro.

Causas de su extinción

Deforestación para el cambio de uso del suelo y el desorden en la planificación del territorio. Convirtiendo las zonas de manglares en áreas comerciales, agropecuarias, de desarrollo urbano y producción de camarones.  La destrucción de los manglares favorece la liberación del dióxido de carbono a la atmósfera acelerando el cambio climático.

La contaminación por basura. La abundante basura que se recoge todos los años en las costas panameñas, es un indicio de que existe una problemática arraigada en la sociedad que debe ser transformada.  El mal hábito en la disposición de la basura afecta los manglares y la fauna que habita en estos.

Contaminación por desechos líquidos. Provenientes del sector industrial, comercial y doméstico, pueden ser tóxicos; son vertidos que escurren hacia el drenaje y cursos de agua o se filtran en el suelo aguas abajo (costa), perjudican los manglares.

¿Qué puedo hacer para ayudar?

La revolución humana es trascendental para comprender la vinculación del ser humano y el entorno, y nos reta, como budistas a tomar acción y colaborar en el cambio de actitud de la sociedad para favorecer el ambiente – la vida, en palabras del presidente Ikeda: un solo individuo propiciará un cambio en el destino de una nación, y más aún, permitirá cambiar el destino de toda la humanidad.

Supera tus límites, contribuyendo en:

  • Reforestar, participa de actividades de reforestación en los manglares.
  • Haciendo la mejor distribución de los desechos sólidos. Reduce, recicla y reúsa. La SGI cuenta con un programa de reciclaje, que requiere del apoyo de todos. Aplica estas prácticas en tu casa, evita el uso de foam y plástico desechables.
  • Planea o colabora en las limpiezas de las costas (limpieza de playas, ríos y manglares), cuando vayas a las playas, recoge todos los desechos y ubicarlos en los contenedores que corresponde.
  • Solicita charlas y capacítate para divulgar la información de forma correcta y promover el cambio de los malos hábitos, que están afectando el manglar.
  • Participa de actividades ambientales como ferias de reciclaje, caminata en el Día de la Tierra, limpieza de playas en el mes de los océanos, entre otras.
  • Apoya a la SGI, cuando participe en actividades ambientales en conjunto con otras organizaciones.

Comparte esta información con tus amigos, vecinos, compañeros del trabajo y de estudio.

De las Semillas del Cambio: Carta a la tierra, el presidente Ikeda enfatiza, “en el corazón mismo de los valores que buscamos, debe haber un profundo respeto hacia la vida. Esto logrará concienciar a las personas en cuanto a su relación con todas las formas de vida”. El respeto a la vida es base fundamental para el logro de la armonización entre el individuo y el ambiente, para la sostenibilidad ambiental y la transformación de nuestro entorno de vida.

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