Blog / Revistas / 30 diciembre, 2014

Salud Enfermedad y Budismo

La salud es una aspiración universal de los seres humanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental, emocional y social; y no solamente la ausencia de enfermedad. La salud es un factor muy precioso y que está por encima de todo. Existen áreas claves que conforman aquello que conocemos como “bienestar” que comprenden elementos de carácter físico, emocional, intelectual, ambiental, social y espiritual. Cuando todos estos elementos están satisfechos podemos considerar que contamos con bienestar y por ende, que somos sanos.

 

La enfermedad abarca una serie de procesos. Un proceso de índole biológico, es decir hay una parte del cuerpo que se degrada, por ejemplo en la diabetes deja de funcionar el páncreas, que es el que produce la insulina. Abarca también un proceso de tipo psicológico, que involucra el dolor físico, pero también abarca un aspecto emocional del dolor, que es el sufrimiento (¿Cómo me siento por estar enfermo o por no tener la salud que tenía antes?). La enfermedad además involucra un proceso de índole social, ¿Cómo yo percibo mi función, ahora que no puedo hacer esta o aquella actividad debido a mi enfermedad?, o ¿cómo yo percibo mi grado de incapacidad, de no poder desarrollarme en diferentes áreas, debido a una condición de enfermo? Y, finalmente comprende un proceso espiritual, cuantos de nosotros, frente a la enfermedad, nos ponemos a pensar ¿si esta enfermedad no mejora? ¿Si empeoro tanto, que sea tan grave esta enfermedad que me cause la muerte? ¿Qué va a pasar conmigo? ¿Qué va a suceder con mí ser? Estas son cuestiones de índole espiritual, que si bien, la medicina no las puede responder, si las responde el budismo.

 

La medicina y es budismo tienen puntos en común. La medicina trata de librar al ser humano de un sufrimiento, principalmente aquel debido a la enfermedad.  El budismo trata de liberar al ser humano de los cuatro sufrimientos que va a atravesar a lo largo de su vida; nacimiento, vejez, enfermedad y muerte. Dentro de esa óptica, el budismo influye en la condición de vida del ser humano para que la relación que existe entre su mente y el proceso de su enfermedad, o entre su mente y la situación de salud sea la más favorable para el individuo, y así entonces se potencie la aparición de bienestar-salud más que de enfermedad.

 

En el budismo se trata de desarrollar, potenciar, o favorecer que nosotros seamos personas muchos más sabias, es decir, que elevemos nuestra condición de vida. Pero, ¿qué puedo hacer yo para que elevar mi condición de vida, para estar al ritmo del universo? ¿Cómo puedo despertar los poderes naturales de curación que existen dentro de mí mismo? Mediante la práctica de la Ley Mística.  Más aun, el budismo ayuda a la medicina, en el sentido de que favorece y potencia la eficacia de los tratamientos. Nos ayuda a luchar contra la enfermedad por medio de nuestros poderes naturales de curación, ya que podemos tener una condición que nos aflige mentalmente y que nos incapacita físicamente, pero si no hacemos absolutamente nada para cambiarla, nos volvemos esclavos de nuestra mente y de las dudas que tenemos. El budismo nos ofrece sabiduría para usar la medicina adecuadamente.

 

Nichiren Daishonin señala:“…viviendo aunque sea un día más será capaz de acumular gran buena fortuna.  ¡Que precioso y valioso es poseer la vida!”  El Daishonin habla de acumular un solo día más de vida ya que el motivo más grande de felicidad de un practicante del budismo es entonar Daimoku, entonces imaginemos cuánto más Daimoku podremos entonar en este día de vida que le hemos ganado a la enfermedad; mejor aún, ¿a cuántos les puedo hablar del budismo de Nichiren Daishonin? Es por eso el Daishonin alentaba a sus seguidores a luchar por un día más de vida, por un día más de “práctica para uno y práctica para los demás”.

 

A diferencia de la Medicina, en el budismo la enfermedad no abarca solamente esta existencia actual terrenal, sino las tres existencias del pasado, el presente y futuro. Comprende aspectos como: ¿Qué causas hicimos en nuestro pasado, que se está manifestando en nuestro presente en este “karma de enfermedad”, qué estamos haciendo hoy para mantener y mejorar mi condición de vida actual, y para el futuro?

 

El presidente de la SGI, Dr. Daisaku Ikeda alienta a todos los miembros budistas que padecen de alguna enfermedad así: “La vida humana es realmente maravillosa. Usted puede estar enfermo físicamente, pero siempre y cuando su estado mental es fuerte, sin duda ejercerá una influencia positiva sobre su cuerpo. Tal vez no haya mejor remedio que la esperanza”. Pues la esperanza nos hace tener determinación, nos vuelve proactivos ante situaciones que otras personas considerarían imposibles de enfrentar, y nos mantiene en calma antes las peores tempestades. Debido a esto es que en el budismo, vencer la enfermedad, es una cuestión de luchar continuamente contra aquella obscuridad fundamental que reside en nuestro interior y que nos lleva al sufrimiento.  Es por ello que el presidente Ikeda nos orienta al indicar que “La buena salud es reunir una actitud fuerte para que luchen activamente contra las amenazas maliciosas para nuestro bienestar.

 

Bibliografía

  1. Develando los misterios de la vida y la muerte, sabiduría budista para la vida, Daisaku Ikeda, Emecé Editores, 2006.
  1. Sabiduría en la Salud: Diálogo sobre la salud entre los Drs. Hiroyuki Toyofuku, Shihei Morita y el presidente de la SGI Daisaku Ikeda.
  1. On Being Human: Where Ethics, Medicine and Spirituality Converge by Daisaku Ikeda, Rene Simard and Guy Bourgeault (1 Sep 2003)
  1. Courage (Buddhism for You) por Daisaku Ikeda (30 Mar 2007).
  1. Los Escritos de Nichiren Daishonin, Editorial Herder, 2008.
  1. El Buda en tu Espejo: Budismo Práctico en la Búsqueda del Ser. Woody Hochswender. Middleway Press, 2002.
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