Blog / Puente De Paz / 27 marzo, 2020

Cómo dejar de preocuparse por lo que los demás piensan sobre nosotros

Puente de Paz abril 2020

Tú te conoces mejor que nadie

Cada uno de ustedes se conoce mejor que nadie. Las opiniones o evaluaciones de las demás personas pueden basarse en emociones o malas intenciones. Uno nunca sabe. Por eso, es importante mirarse a uno mismo continuamente, a través de los ojos del budismo, preguntándose de vez en cuando “¿estoy viviendo una vida respetable?”

No vivan con miedo de ser juzgados— en cambio, sean valientes

Cuando tenemos miedo de que se rían de nosotros, de pasar pena, de que nos vean inferiores por nuestros errores, deficiencias o limitaciones; nuestro progreso se vuelve más difícil. Debemos ser valientes. ¿Y qué, si los demás se ríen? Quien se burla de aquellos que se esfuerzan en hacer lo mejor que pueden, son los que deberían estar avergonzados.

“Ganas fuerza, coraje, y confianza con cada experiencia en la cual te enfrentas a tus miedos… debes hacer las cosas que crees que no puedes lograr”.

Eleanor Roosevelt

 

¿Cómo dejo de preocuparme por lo que los demás piensen de mí?

Puede que hayan escuchado de la primera dama Eleanor Roosevelt (1884-1962), quien continúa siendo una de las mujeres más respetadas en Estados Unidos. Ella escribió: “Mirando atrás, veo lo increíblemente tímida y penosa que era de niña. Mientras dejara que la timidez me dominara estaría medio paralizada”.

A través de la autodisciplina, Roosevelt superó su miedo. ¿Qué medidas concretas tomó? Como muchas personas tímidas, se encontraba plagada por miedos sobre sí misma, por lo tanto, se esforzó para romper esas cadenas. Primero, dejó de preocuparse sobre dar una buena impresión y por lo que pensaran de ella. En lugar de pensar solo en ella, comenzó a pensar en el bienestar de los demás. Segundo, persiguió de todo corazón lo que le interesaba y se esforzó por alcanzar todo lo que eligió lograr. Aprendió que la gente no presta mucha atención a lo que otros están haciendo y, que la cantidad de atención que nos prestamos es en realidad, nuestro mayor enemigo. Entendiendo esto, Roosevelt puso gran esfuerzo en dejar de pensar tanto en sí misma. Tercero, su sentido de aventura y deseo de experimentar en la vida, la ayudaron a sobrellevar su timidez. Mantuvo un espíritu vívido por descubrir lo que la vida tenía para ofrecer.

Por continuar esforzándose, Eleanor Roosevelt ganó gradualmente confianza. Más adelante se involucró en iniciativas históricas, como la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Eleanor Roosevelt fue amada por muchos.

Referencia: The Victorious Teen, Buddhist Advice for Dealing with what life throws at You, Daisaku Ikeda. (Adolescente Victorioso, Consejos Budistas para lidiar con la vida, Daisaku Ikeda). Traducción: María Andrea Montiel.
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