Orientación del Presidente Ikeda
¡Desafíense en su revolución humana y obtengan pruebas reales de sus beneficios!
A continuación se transcribe el mensaje enviado por el presidente de la Soka Gakkai Internacional, Daisaku Ikeda, a la 44a reunión de la sede central para responsables en la nueva era del kosen-rufu mundial y la reunión general de la SGI, alusiva al Día de la Fundación de la Soka Gakkai. El encuentro se llevó a cabo en el Auditorio Toda de Sugamo, en Tokio, el 18 de noviembre de 2019, con la presencia de 280 representantes de la SGI de 65 países y territorios, incluidos los participantes del Curso de Capacitación de Otoño de la SGI.
Cada vez que el presidente Toda escuchaba a alguna señora de la División Femenina relatar una experiencia sobre la transformación de su karma adverso, me decía: «¡Daisaku, ojalá el señor Makiguchi pudiera escuchar esto…!». Y cada vez que veía a algún miembro de la División de Jóvenes trabajar en la sombra, de manera diligente y silenciosa, decía: «¡Ah, si el señor Makiguchi pudiera ver esto…!».
El maestro y el discípulo son siempre uno; la vida de ambos es eternamente inseparable, y trasciende los confines de la vida y la muerte.
Hoy, hace 76 años, moría en prisión nuestro fundador Tsunesaburo Makiguchi, como noble mártir de invencibles convicciones (el 18 de noviembre de 1944).
¡Cuán felices estarían los presidentes Makiguchi y Toda de ver esta triunfal asamblea de la familia Soka, cuyos miembros han vencido en cada una de sus contiendas!
Quiero extender mis más sinceras felicitaciones a los representantes de las diversas partes del Japón y de los 65 países y territorios del mundo. Cada uno de ustedes es un campeón del kosen-rufu que está perpetuando el legado de nuestros dos presidentes fundadores. ¡Muchas gracias por su excelente trabajo!
Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley, declara: «A la hora de juzgar el mérito relativo de las doctrinas budistas, yo, Nichiren, creo que los mejores criterios son los de la razón y la prueba documental. Y que aun más valiosa que la razón y la prueba documental es la evidencia de los hechos reales».
Estas tres pruebas —la prueba documental, la prueba teórica y la prueba real— conforman el criterio para discernir la verdad, la validez y la superioridad no solo de las diversas enseñanzas budistas, sino también de los sistemas de conocimiento general en los campos de la ciencia, la filosofía y otras disciplinas.
La Soka Gakkai comenzó con una lucha de palabras que libraron el maestro y el discípulo, en relación directa con el corazón del Daishonin. El día que señala la fundación de nuestro movimiento es la fecha en que se publicó la obra magna del presidente Makiguchi, Soka Kyoikugaku Taikei o El sistema pedagógico de la creación de valores.
[Originariamente, la organización se llamó Soka Kyoiku Gakkai, que literalmente significa «Asociación pedagógica para la creación de valores».]
A partir de entonces, los presidentes Makiguchi y Toda mantuvieron una contienda verbal infatigable, basados en sus convicciones, en el constante intercambio de ideas, en la celebración de reuniones de diálogo, en la escritura de artículos y en otros ámbitos de la palabra.
Cuando, en diciembre de 1941, estalló la guerra del Pacífico, la Nichiren Shoshu no tardó en emitir una declaración elogiando la agresión bélica del gobierno militar. Pero el señor Makiguchi, en la edición mensual del boletín Kachi Sozo (Creación de valor), insistió claramente en que sacrificar la vida del pueblo en aras de objetivos nacionalistas era una idea condenable.
En su artículo, observaba que la Ley Mística era la «ley suprema de la vida» que toda la humanidad estaba anhelando, y el medio para que las personas alcanzaran la Budeidad. La misión de los miembros —señaló— era experimentar el gran poder de la Ley Mística y dar pruebas de esa fuerza en su vida, para que otros pudieran apreciarla y tener acceso a ella. Por eso, exhortaba a los miembros a que lo acompañaran y trasmitieran ampliamente los beneficios de la Ley Mística; que siguiesen trabajando hasta que todas las personas pudieran ser incomparablemente felices.
¡Qué valor increíble debió de tener para escribir esto [en esos momentos]! Seis meses después, el gobierno militar ordenaba clausurar el Kachi Sozo (en mayo de 1942). Un año después, el señor Makiguchi era detenido y encarcelado junto con el señor Toda (en julio de 1943). Y exactamente hace 75 años, en esta misma fecha, moría tras las rejas en defensa de sus convicciones, el 18 de noviembre de 1944.
En un periodo en que el Japón se lanzaba a una guerra de barbarie, el señor Makiguchi trabajó sin descanso por la paz mundial y por la felicidad de todo el género humano, mientras mostraba con sus propias experiencias y con las de los miembros que «la fe equivale a la vida cotidiana» y que «el budismo se manifiesta en la sociedad». Dio la vida para legar esta misión a sus discípulos de ese momento y a los valores humanos de las generaciones futuras.
Llevando en el corazón el apasionado rugido del león de nuestro presidente fundador, fallecido en el martirio, avancemos con miras al 90.° aniversario de la Soka Gakkai en 2020, «Año del avance y de los valores humanos». Entonando Nam-miojo-rengue-kio en forma personal y enseñando esta práctica a los demás, sigamos desafiándonos en nuestra revolución humana y demos más y más pruebas visibles de los beneficios y la buena fortuna que adornan nuestra vida.
Nada es tan elocuente como las experiencias personales y las pruebas concretas de la fe.
Hoy, en todo el orbe se llevan a cabo reuniones de diálogo de la Soka Gakkai. Son encuentros donde los miembros narran jubilosamente sus experiencias de fe, y ayudan a establecer conexión con el budismo Nichiren, como una profunda causa para su felicidad, a muchas personas que sufren o están pasando por dificultades. Esos mismos amigos, luego declaran con rostros sonrientes y brillantes, cuán felices están de haber empezado a practicar y cuánto se alegran de ser parte de la Soka Gakkai. ¡Sigamos multiplicando en cada vecindario y en todo el mundo, estos encuentros colmados de alegre vitalidad! ¿Qué dicen a esto?
Las palabras tienen el poder de revitalizar y unir a las personas.
Cuando el líder sudafricano de los derechos humanos, Nelson Mandela, estuvo en el Japón en 1990, habiendo recuperado la libertad tras un largo encierro, un nutrido grupo de jóvenes y yo, le dimos cálidamente la bienvenida en el antiguo edificio del Seikyo Shimbun, bajo un luminoso cielo azul.
Durante el diálogo que mantuvimos en esa oportunidad, el señor Mandela dijo con su característica sonrisa: «La más rica cosecha que hoy nos llevamos son sus palabras de sabiduría. Las medallas pueden destruirse. […] Pero las palabras sabias son imperecederas».
El recién inaugurado Centro Mundial Seikyo de la Soka Gakkai (sede del diario Seikyo Shimbun), con el mismo espíritu que sus publicaciones hermanas del mundo, es un «baluarte de la pluma» para el pueblo, dedicado a transmitir vigorosas palabras de sabiduría, y a impartir esperanza y valentía a la humanidad.
Quiero agradecer a todos nuestros miembros del Japón por el magnífico esfuerzo con que han promovido la lectura del Seikyo Shimbun de cara a la inauguración del nuevo Centro Mundial Seikyo.
En este aniversario de la fundación de la Soka Gakkai, con profunda humildad y junto a ustedes, deseo informar a los presidentes Makiguchi y Toda que la publicación de mis obras fuera del Japón ha llegado a los 2000 títulos traducidos a 48 idiomas.
En los escritos del Daishonin hay un pasaje que ambos presidentes fundadores habían subrayado en sus ejemplares personales del Gosho, por su importancia: «Lo mismo cabe decir de la oración; para que las oraciones sean eficaces y los desastres desaparezcan de la tierra, también hacen falta tres cosas: un buen maestro, un buen creyente y una buena enseñanza».
No hay oración que los maestros y los discípulos de la Soka no puedan hacer realidad, con su labor denodada por cumplir el gran juramento del kosen-rufu, basado en la Ley Mística.
Como ciudadanos globales con la misión de los Bodhisattvas de la Tierra, sigamos avanzando a pasos agigantados y trabajando en sólida unión para resolver, uno por uno, los grandes problemas que aquejan a la humanidad.
El 26 de enero del año entrante celebraremos el 45.° aniversario de la Soka Gakkai Internacional (SGI), fundada en 1975. Quiero dar por concluido mi mensaje de hoy con unas palabras que dirigí en esa oportunidad a los líderes pioneros de todo el orbe que habían asistido a aquella reunión inaugural en Guam: «Lo que hagan a partir de este momento determinará el futuro de nuestro mundo».
¡Que todos los queridos miembros de nuestra familia Soka gocen de buena salud, armonía y victoria! ¡Y que cada preciado país y región del mundo avance pletórico de beneficios, seguridad y prosperidad!