Blog / Esperanza Del Futuro / 24 marzo, 2015

VALENTIA

Tener valentía es fundamental para lograr o emprender cualquier cosa en la vida. Obrar con coraje no implica una hazaña gloriosa o un gesto heroico.

 

Se trata más bien de la fortaleza para realizar esfuerzos perseverantes por alguna causa correcta, aunque otras personas no se den cuenta de ello o no lo valoren.

Cuando la falta de coraje se manifiesta en el plano social, por ejemplo cuando una persona en posición de liderazgo renuncia a sus principios o no es capaz de defender la verdad y la justicia, esto puede convertirse en la causa del sufrimiento de todo un pueblo.

 

La convicción en el potencial del ser humano está estrechamente ligada a la valentía, pues es lo que motiva al ser humano a actuar con compromiso y con misericordia por lo correcto y por la justicia.

En el plano individual, la valentía nos permite cambiar nuestras vidas, romper con las barreras de la inseguridad que nos impiden dar un nuevo paso y desarrollar nuestro verdadero potencial. Un simple problema puede convertirse en una preocupación abrumadora, según quién viva dicha experiencia.

 

Sea cual fuere la magnitud del obstáculo que se deba enfrentar, el proceso interior que nos permite armarnos de valentía es igual en todas las personas.

Cuando una persona se arma de valor para afrontar cada vicisitud de su vida puede transformar no solamente su vida sino que también puede ejercer una influencia notoriamente positiva en su entorno.

 

Daisaku Ikeda, presidente de la SGI, señala: “La fortaleza o la debilidad de nuestra fe depende más del coraje que del conocimiento”. Asimismo, afirma: “El auténtico coraje significa emprender acciones sensatas, justas y beneficiosas para todos. Es aquel que demostramos cuando vivimos con honestidad y tesón. El coraje sano, resuelto y firme representa la cualidad más preciosa de todas”.

 

Fuente: (Artículo publicado en el Seikyo Shimbun, el 28 de marzo de 2010.) [Nota: Adaptación de un artículo presentado en la revista SGI Quarterly, enero]

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